lunes, 2 de noviembre de 2015





Honramos a Dios al ser trabajadores competentes y 

confiables, aunque quizas nuestros jefes no lo noten,

 el propósito debe ser honrar a quien realmente 

servimos, La Biblia nos manda a que todo lo que 

hagamos, sea de corazón como para el Señor y no

 para los hombres. Col. 3:23.


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